BENEFICIOS DE LA LECTURA EN LA INFANCIA
La lectura es uno de los aspectos sobre los que más se incide a nivel educativo: “tienen que leer desde pequeños”, “debéis acostumbrarlos a coger libros”, “la lectura es muy importante”… Pero, ¿por qué es tan importante leer? ¿Y por qué a veces nos cuesta tanto implicar a los pequeños en este hábito?
Personalmente, desde pequeñita, siempre he sido una apasionada de la lectura. Me parece algo mágico, lleno de posibilidades, de aprendizaje, abierto a todos los públicos y gustos… ¡Un vicio para la curiosidad! Puede que en tu caso personal, o en el de tus hijos, también sea así. Hay niños que, por sí mismos, aman los libros y dedican parte de su tiempo a estar solos, sumergidos en alguna nueva aventura. Pero no todos somos iguales ni nos interesan las mismas cosas: hay niños (y adultos) que encuentran bastante aburrido tener que coger un libro, y si lo hacen es con una total falta de interés.
¿Qué hacemos en esos casos? ¿Tan importante es la lectura?
La importancia de la lectura en la infancia
Realmente que los niños lean, y que lo hagan cuanto antes, aporta múltiples beneficios a nivel cognitivo, lingüístico, cultural, emocional, lúdico… Veamos más detenidamente lo que puede aportarnos una buena historia:
- Mejora de habilidades lingüísticas. No es extraño escuchar que “si alguien tiene faltas de ortografía es porque no lee demasiado”. La lectura tiene un beneficio claro a nivel comunicativo: aumenta el vocabulario, descubre expresiones y estructuras gramaticales complejas y, sí, mejora nuestros errores ortográficos. Leer nos ayuda a dominar nuestro lenguaje, lo cual se traduce en una mejor expresión y comprensión de ideas y emociones.
- Mejora de habilidades cognitivas. Leer es una actividad cerebral, y como tal, entrena y fortalece funciones cognitivas como la memoria, la comprensión, la imaginación… Sin olvidarnos de aspectos tan necesarios para el desempeño académico, como son la atención y la concentración. Asimismo, los niños aprenden conceptos abstractos que pueden ser complicados para su edad, así como a aplicar la lógica en diversas situaciones, reconocer la relación entre causa y efecto e incluso utilizar el sentido común.
- Desarrollo emocional y empatía. Los libros no sólo permiten comprender mejor tu propio mundo emocional, sino el de los demás. Esto favorece la posibilidad de ponerse en el lugar del otro, y reconocer su punto de vista o sus emociones.
- Conocimiento y fomento de la curiosidad. Aprendemos sobre el mundo que nos rodea y, además, alimentamos nuestra curiosidad: nos planteamos nuevas preguntas, buscamos más información, sentimos más inquietud, conocemos puntos de vista diferentes…
- Diversión y placer. Cuando un niño toma pasión por la lectura ésta se convierte en una afición como otra cualquiera, con la que disfrutar y divertirse.
- Aprender a disfrutar de la soledad. Es importante aprender a estar solos y valorar esos momentos como positivos; podemos conocer mucho sobre nosotros mismos y sobre la vida si somos capaces de disfrutar también de la soledad.
Promoviendo la lectura en la infancia
Bien, ya sabíamos que la lectura en la infancia era importante. Ahora sabemos más detalladamente los motivos, pero seguimos teniendo un ‘pequeño’ problema... ¿Cómo consigo que mi hijo/a lea?
Desde mi punto de vista hay dos aspectos clave:
El primero de ellos es el ejemplo: un niño tendrá más interés por la lectura cuando vea en sus referentes este hábito. Si mamá y papá leen, se muestran inmersos e interesados en una historia, me cuentan las cosas tan fantásticas que pueden vivir sin moverse del sitio… ¡A mí me va a picar ‘el gusanito’ seguro!
Esto es bastante diferente a la idea de “¡tienes que leer porque sí, porque es importante y tienes que hacerlo!” Así le estamos vendiendo al niño una obligación, y creedme, si los adultos no compramos de buena gana las obligaciones, los niños mucho menos.
El segundo aspecto es eliminarnos, como adultos, esa idea de que tiene que ser una lectura determinada para que tenga utilidad. La pregunta clave es: ¿cuenta una historia? ¡Pues ya está! Qué más da que sea escrito en prosa, en verso o en forma de cómic. Qué más da que tenga más o menos dibujos. Qué más da que sea una narración totalmente fantástica o basada en hechos reales. Lo importante es que la lectura atraiga su atención y sea capaz de disfrutar de esos momentos consigo mismo. En definitiva, ¡deja espacio a sus propios intereses y gustos!
Reflexión
Creo firmemente que las personas somos inquietas por naturaleza y la lectura nos proporciona una gran puerta a esa curiosidad. Sin embargo, también creo que cada uno buscamos nuestra propia forma de aprender y crecer. Por ello, si hagamos lo que hagamos nuestro pequeño no se pone a leer, tampoco seamos alarmistas. Probablemente los beneficios de la lectura los está encontrando en otros aspectos de su vida. O quizás aún no ha llegado su momento, el de sumergirse entre las hojas de un libro. Quizás el día de mañana lo encuentre… Como dice siempre mi madre: “quien no ama la lectura, es que aún no ha encontrado su libro”.
Elena López.