MÁS SE "APRENDIÓ" EN CUBA.
En Abril me he tomado varias semanas de vacaciones para volar a un país diferente… ¡Cuba!
Esto es algo de mi vida personal sobre lo que normalmente no escribiría, pero me apetece compartir este post porque de este viaje han surgido muchas reflexiones. Y a mí me encanta dialogar, así que… ¡bienvenidas aportaciones!
Cuba como ciudadana.
Lejos de que esto se convierta en un blog de viaje, sí me gustaría aclarar que es posible experimentar Cuba de dos formas: una, como turista, alojándote en hoteles, con ciertas comodidades y participando en actividades con personas extranjeras; otra, como ciudadana, viviendo en los barrios, conociendo personas autóctonas y experimentando su día a día. Yo he tenido la suerte de viajar de esta manera, porque ha habido personas que me han acogido como parte de su familia. (¡GRACIAS!)
Es este modo de experimentar el país el que me ha llevado a reflexionar de muy diversas formas… ¿Cómo es posible que el ser humano sea tan adaptativo? ¿De qué depende que nos sintamos dueños de un cambio? ¿Son los modelos políticos una paradoja en sí misma? ¿De dónde surge el individualismo? ¿Las mejoras sociales o los avances técnicos conllevan necesariamente un aumento del bienestar psicológico? ¿Qué necesitamos, verdaderamente, para ser felices? ¿Hasta dónde llega la creatividad humana? ¿Qué aspectos promueven el altruismo?
Lo que yo viví.
Cuba es un país tremendamente pobre, más de lo que podía imaginarme. Un país que ha quedado congelado en los años 60, y en el que la mayor parte de las construcciones y barrios se han rendido al efecto destructivo del paso del tiempo. Donde cada casa ha sido dividida, y subdividida, en varias viviendas, hasta que el significado de un hogar decente se traduce en un par de cuartitos a medio derruir. Obviemos el hecho de que estén acondicionadas con electrodomésticos o ciertas comodidades “básicas”. Un plato o un cuchillo se vuelven artículos de lujo. ¿Los colchones? Se siguen vendiendo entre los ciudadanos, incluso después de 20-30 años, o aunque hayan sido usados por enfermos terminales. La posibilidad de infección o enfermedad no importa, con tal de descansar en una cama.
Cuba es un país donde cada vez se hace más difícil encontrar algo, incluida la comida. Y cuando encuentras lo que buscas, en el mejor de los casos, necesitas hacer horas de cola para acceder a ello. Un país donde el sueldo medio son 20 dólares, pero la vida es tan cara como en España, y donde la alimentación correspondiente por persona al mes, realmente, no da ni para 10 días.
Cuba es un país donde los profesionales médicos son excelentes, pero no cuentan con los medios adecuados. Donde la higiene brilla por su ausencia en los propios centros sanitarios y es complicado encontrar medicamentos.
Un país donde la gente debe ingeniárselas para poder subsistir, donde la perspicacia y la creatividad son un bien preciado, y donde la confianza y el trabajo en equipo se vuelven primordiales.
Un país en el que la televisión tiene una programación limitada y está tremendamente manipulada. Y donde a duras penas es posible acceder a internet, por lo que es difícil contrastar la información recibida. Es escalofriante; no sólo por su situación, sino porque es espejo de lo que vivimos. Todos somos susceptibles de ser manipulados, y lo somos. Aún en esta era de la información, somos una sociedad desinformada. (Pensemos sobre esto, por favor.)
Asimismo, y por suerte, Cuba es un país donde se puede apreciar un aumento de la indignación, donde la conformidad está dejando de ser una opción y la capacidad de expresar desacuerdo parece ir creciendo. ¡Qué alegría! Poder quejarse cuando tienes tantísimos motivos para hacerlo… Qué presión, haber tenido que callar y tener que seguir haciéndolo. ¿Por qué?
Lo que yo aprendí.
Pese a esto, o quizás gracias a ello, el ser humano florece en otros aspectos… ¡Bendita resiliencia!
A pesar de las dificultades, se respira buena vibración y alegría. Una capacidad insuperable de querer reír, bailar, compartir… Además, allí nunca estás solo. Siempre hay alguien saludando por la puerta, haciéndote una visita, parando a charlar un rato… ¿Habremos olvidado por aquí lo importante de relacionarnos? Relacionarnos de verdad.
Es impresionante la capacidad de soporte del grupo, el compartir las “penas y alegrías". Es impactante la solidaridad tan sincera en una situación tan desoladora. No hay apenas comida, pero siempre se puede compartir un plato con el vecino… A mí me han acogido como una más y me han abierto las puertas de sus creencias y pensamientos. Me han mostrado la intimidad de su hogar y han compartido su mesa conmigo. ¿Creéis que es fácil?
A pesar de toda esa pobreza material, es un país de mucha riqueza personal. Son personas inteligentes e ingeniosas, con conocimiento de su propia historia, con interés por el aprendizaje, con ganas de escuchar cosas nuevas y contarte todo lo que ellos saben. Un país donde la imagen tiene una importancia relativa, y el valor de las personas se mide en la bondad y el “swing”, como diría una querida ciudadana.
Asimismo, en Cuba una de las erres del reciclaje es seña de identidad: REUTILIZAR. Como no hay opción a comprar nada, y hacerlo supone un trabajo y preocupación importantes, se vuelven extremadamente maños en arreglar, reutilizar, reconvertir… Qué maravilla. Qué necesario: alargar la vida útil de las cosas, en lugar de andar comprando constantemente todo. ¿Qué más da la “belleza” del producto? Seamos prácticos, joder, y cuidemos el medioambiente.
Reflexiones.
Hay tanto que pensar sobre uno mismo en todo esto… O al menos yo no pude evitarlo. Se puede aprender mucho de esa situación social concreta, y se puede aplicar mucho de ello sin necesidad de pasar por la misma y dura circunstancia.
Como anécdota, lo primero que viví al llegar a España, de vuelta en el tren, fueron 3 horas de un chico haciéndose vídeos sobre sus músculos para las redes sociales. No tengo ánimo de ofender ni mucho menos, somos producto de nuestras circunstancias. Pero yo sólo podía pensar en una cosa: en una sociedad tan avanzada a nivel material, quizás estamos derivando negativamente en valores personales y sociales.
Tampoco soy yo nadie para decirle a la gente cómo debe vivir, cada quién que elija su camino. Aun así, como profesional de la psicología, me preocupa que la sociedad se sumerja en una falsa felicidad, y no encuentre las vías de apoyo adecuadas para, al menos, ser capaz de comunicar sus sentires.
Personalmente, y convirtiendo mis pensamientos en objetivos:
- Quiero ser agradecida y no dar las cosas por sentadas. Quizás no están al alcance de otras personas.
- Quiero reutilizar más y alargar la vida útil de los objetos. No caer en la compra innecesaria.
- Quiero ser libre de sentirme bien si mi imagen personal no sigue los cánones establecidos.
- Quiero cultivar mi cultura y conocimiento. Y a ser posible, quiero una sociedad que valore dichos aspectos.
- Quiero rodearme de gente, diariamente.
- Y quiero ser solidaria, aunque eso implique compartir mi único plato de comida.
Viajando con Alma.
Por último, y haciendo honor al nombre de mi libro, Alma ha viajado conmigo hasta el otro lado del charco. No podía resistirme a que su historia llegara a algún rincón inesperado y fuera agarrado por unas manos desconocidas y entusiasmadas.
Alma llegó incluso a una peluquería (¡quién lo iba a decir!). Y allí, de forma espontánea, cada persona agarraba el libro y se ponía a buscar entre sus páginas. Leían, sonreían… y después me miraban: “¡Qué simple, pero qué bonito y necesario!” “Esto es importante para los pequeños, pero también para los mayores”. Siempre lo digo, es una sensación muy bonita ver que algo que has hecho tiene ese efecto en la gente.
A partir de ahora, algunos niños y niñas cubanas compartirán sus inquietudes con Alma. Con suerte incluso le cuentan su historia a otros peques y adultos, y aprenden algo de ella.
Ojalá, con ello, yo haya podido aportar algo a algún ciudadano/a de Cuba.
Ellos/as, a mí, me han aportado mucho.
¡Gracias, mijos!
Elena López M.
Me encanta tu reflexión
Gracias 🙂
Elena en primer lugar felicitarte por ese aprendizaje en un país tan bonito como cuba, estoy muy de acuerdo contigo en todos los aspectos y me ha emocionado leerte. Un beso grande !!!
¡¡Gracias!! Un abrazo grande para ti.
Elena, me ha encantado tu reflexión y estoy totalmente de acuerdo contigo, es muy importante los valores en las personas, cosa que desgraciadamente estamos perdiendo. Gracias por hacer que nosotros hayamos viajado a Cuba sin tener que coger el avión.
¡Muchas gracias! Me alegra haber sido capaz de transportarte hasta allí 🙂
Algunas personas sienten lo que tú y no saben expresarlo,
Algunas personas ni saben ni quieren apreciar lo que tú has aprendido
Y tú has sabido expresarlo tan claro para que todos lo veamos y nos veamos
👏👏😘
¡Qué bonito! Gracias 🙂